“CREONTE:
Cuando me puse en marcha contra Argos,
¿quién me envió? Por vuestra indicación,
el metal de la espada
fue a buscar el metal de la montaña.
Porque Argos es rica en metal.
LOS ANCIANOS:
Y también en espadas, según parece.
Más de una vez escuchamos informes alarmantes,
pero los desechamos porque confiábamos en ti.
Nada tomamos en cuenta,
nos tapábamos los oídos por miedo a tener que temblar
y cerramos los ojos cada vez
que apretabas las riendas con más fuerza.
Una vez más, es necesario, será la última,
decías, una batalla más. Pero ahora
comienzas a negociar con nosotros
igual que con el enemigo. Tu crueldad
te hace llevar una doble guerra.”
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