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5.9.18

LA NOTA DE LOS FANZINES

 "Ni “hola” nos dijimos, con Alejandro Schmied. Yo vi su posteo en Facebook sobre el “Libro de Fanzines” y le pregunté: “¿estamos?”. “¿Nombre?”, preguntó él. Squonk. Inmediatamente me mandó la foto de la página 69. Ahí aparece nuestro mítico número 4. Mítico para los que lo hicimos: Liliana Gotfraind, Hebe, Pancho Sastre, Gardel Macchi, David Paleo, Sergio Morboso, Palmieri, Taliano y yo. Imposible creer que Squonk hubiera sido mítica para alguien más. Nuevo mensaje de chat de Alejandro Schmied: “Squonk hizo historia”. Me reí. Jamás hubiera pensado en los ochenta que alguien iba a decir eso de nuestra mascota. A un Squonk, cuando lo cazan, se disuelve en lágrimas.
Pudo haber sido mítica por una cosa que no sabe casi nadie, y por lo tanto no sirve como motivo de canonización. En esa época estábamos hartos de empezar una revista y dejarla al número siguiente. Le pasaba a la mayoría. A nosotros, con Agujero negro y El cerdo Pancho(también figuran en el libro). Unos que se hacían llamar “Carlitos” cambiaban el título número a número, para disimular el crecimiento. Así leímos LitocarCarluchiCarliniCarlinsky: al menos con ese ardid habían confundido a la parca del under. Sacaron cinco números. Nosotros no podíamos ser menos, pero veníamos pifiándole en la energía, como si todo el ejercicio estuviera sujeto a volver a empezar. Entonces decidimos largar por el número 4, que valía tres australes y medio. Y acabamos en el 5, con tapa de Sanzol. Ese último número venía con una publicidad en broma para que la gente se suscribiera: como completado de la colección le dibujamos las tres primeras tapas inexistentes. En Fierro alguien nos hizo una crítica: el firmante notaba una franca evolución de los primeros tres números a los consagrados 4 y 5. Hasta el día de hoy que quiero comprárselos, con mi ansiedad de coleccionista."

20.7.17

MILANESA VIENE PLAGADA DE DIBUJOS

Los que ya fueron porque asistí al Jam ese tan lindo que se hace en Santos Dumond 4040, Chacarita, cada dos o tres viernes. Los que vienen porque vuelve Squonk en formato libretas entregadas en mano para ser completadas por los amigos. Pancho Sastre me mandó una de regalo dibujada por él, y otra incompleta que hicieron con Gardel Machi y yo empecé a rellenar con mis datos biográficos cool. Mañana va la bio; la semana que viene las jugosas páginas del Gran Panchuque. Besos.

17.8.11

LA OBRA DEL TANO TALIANO

Tomás Maldonado se preguntaba en los 70, en una célebre nota titulada “¿Es la arquitectura un texto?” si un edificio podía ser “una suerte de escritura” que, en cuanto tal, fuera además objeto de lectura. “Al fin de cuentas”, elaboraba Maldonado, “frente a un edificio se está en condiciones de elegir un particular itinerario perceptivo. Y donde hay un itinerario, o sucesiones de experiencias perceptivas, es lícito, siempre en sentido metafórico, hablar de lectura”.
El artista plástico Alejandro Taliano reduce objetos de la calle, desperdicios, a lenguaje. Los corta, los enciende, los troza, los contamina y vuelve a armar objetos con otras formas y significados. Cada cosa que recogió la fracciona en letras de alfabetos ignotos, y con esas letras produce nuevas frases, sintagmas, sinfonías. Lo hace tanto con maderas o precintos, como con palabras o sonidos. Y si las cosas servían, o las palabras anteriores querían decirnos algo, las nuevas nunca podrán ser decodificadas, porque llevan inscriptas la inutilidad del arte. O mejor aún: las obras de Taliano pueden entenderse como textos deconstruidos –al decir de Derrida-, aunque ya no alcancemos a leerlas de manera corriente, y por eso mismo puedan atribuírsele carradas de nuevos referentes. Todos los referentes que hagan falta.
En las manos de Alejandro Taliano la lectura deja de escribirse para ser arte y el arte, sus croquis y maquetas, se entregan a la buena escritura como si se zambulleran a una pileta en vacaciones.

Y de yapa una nota en el sauna.

17.11.08

DOS DE LOS MEJORES DE LA SQUONK / TALIANO Y PALEO


Por ahí más abajo había puesto un post homenaje a la Squonk, la revista que hicimos con Pancho Sastre, Gardel Machi, Charly Masci & Company, en la época de los australes. El ilustrador de la tapa era muy chico y se hacía llamar Biko. Ahora se llama Ricardo Paleo. Tenía un grupo de música punk en el que cantaban las vocales (aaaaaa, eeeee, iiiiiiiiiii, ooooooo, uuuuuuu): insoportable. Pero como dibujante, un genio, vea. La ilustración del número que aquí sale le pertenece. Y la hizo con dulces 16. Uf, cuánto talento. Parece que sigue con las historietas y publica en Canadá. El Facebook encuentra hasta a los más escondidos. Ya puse una muestra de Paleo en el post "LA GUASCA DE DIOS"; en los próximos días se abrirá otra exposición vip aquí en la mila. El chiste del mutante que es una inmensa verruga y sólo tiene el culo humano es mi preferido: un doctor lo examina´preocupado y dice algo así como ¡lo que le ha salido acá! No se lo pierdan. También habrá una mini expo de Alejandro Taliano, que cambió las historietas por la escultura y le va joya. Hace unos trabajitos cortando maderas que se encuentra en la calle, que bué, para qué les voy a contar si lo van a ver. Está preocupadísimo por las escrituras indescifrables. Le prenté los microgramas de Walser desde 1924 al 25 y flipó. Así: FLIPÓ. Da para seguir.

Si leen los post de día, es como si fueran a las muestras; si los leen de noche, será un gallery night.

16.6.08

SQUONK !!

Taliano indica: "La petisita se llamaba Hebe y le decíamos Hebilla".

Alberto me dice: "sos un tierno".

Se agradece.

SQUONK




Squonk es un pájaro imposible de cazar inventado por Borges. Cuando los cazadores atrapan un Squonk, el animal simplemente se disuelve en lágrimas. El final del cuento dice algo así como que abren la bolsa y el fondo está mojado. Si encuentro el libro de los seres imaginarios, ahora que estoy reordenando mi biblioteca, lo postearé. Es muy bonito.


Lo elegimos por título para una revista de historietas que hicimos con unos chicos en el primer año de democracia. Digamos: algunos eran chicos, otros teníamos más de veinte. Entre ellos estaban Pancho Sastre, ahora Alberto, y Gardel Machi, que hoy hacen el divertido blog "socieDADAnónima", que se encuentra en mi lista. De la misma edad era Palmieri, alias Palmi, que hoy trabaja como redactor publicitario y ha escrito algún libro acerca del tema. Supo tener un dúo que se llamaba Souto-Palmieri y era un cago de risa. Me acuerdo del estribillo de uno de los hits: "yo no quiero ser scout/no me gusta, no soporto/me conformo con ser boy/y no usar pantalón corto". También había una pareja de dibujante y guionista - Charli Masci y Cármen- que hoy viven en Madriz y tienen una hijita muy mona. Ahora son diseñadores gráficos y tienen el blog de la trattoría, también en mi lista. Pancho y Gardel se fueron para Motherland, España, el mismo año que ellos. Había una chica punk que era super aguda llamada Liliana, supe que después tuvo algunos problemas y que al fin es feliz. Otra historietista petisa, muy bonita, y de la que no puedo acordarme el nombre, se fue a vivir a Israel . Y Alejandro Taliano, que se acaba de comunicar conmigo porque me encontró en Facebook. Y Morbo, el autor del dibujo de Batman gordo, al que también le pasó lo mismo.


De los más jóvenes, trabajaba con nosotros Axel Kutchetwatsky, el que ahora dirige La Cosa (entre otras cosas alucinantes que hace). En el momento de Squonk tenía... ¡12 años! Trabajo infantil no siempre es delito. Había otro genio total de doce o trece: Biko, del que aún atesoro varios dibujos firmados y espero que algún día se comunique conmigo o con alguien... Y Hazel...


Extraño esa época de comer fideos sentados en el suelo, y de tantas otras cosas. Habíamos hecho antes "El cerdo Pancho", y antes ellos venían de editar "El agujero negro". Todas de comics ander. Fotocopias y malas impresiones engrampadas en casa, vendidas por nosotros a nuestros amigos y a cualquiera que apareciera con dos australes. Los lectores prontamente se convertían en actores y se venían a comer a la redacción de Carranza. Una época divina. Jugábamos al diccionario y salíamos en patota a ver películas bizarras en cine clubes que se caían a pedazos.


Tanto "El agujero negro" como "El cerdo Pancho" no pasaron del número uno. Por eso Squonk empezó a salir por el número cuatro. El cinco, el último al que llegamos, tuvo una contratapa en la que se promocionaban los tres primeros Squonks inexistentes, con historietas inéditas de Moebius y Pratt. Era un buen chiste: si los lectores compraban esos números, completaban la colección. Dibujamos una tapa cada uno, Pancho, Gardel y yo, llorando de la risa, una tarde perdida en Lanús.


Dos meses después de saberse que Squonk no salía más por problemas económicos, nos hicieron una crítica en Fierro. El cronista afirmaba que habíamos crecido considerablemente en los últimos dos números. Y criticaba por encimita el snobismo de los tres primeros. Nadie supo nunca dónde los había leído. En qué universo paralelo de historietas. El día de hoy, si aún los tiene, se los compro. Me muero por leerlos.


"Salva al que llora", es el lema de Alphaville, la película de Godart que dieron en la SCA el miércoles pasado. La primera vez que la vi me aburrió; ahora salí emocionado. Squonk se nos disolvió en lágrimas en el medio, debe ser por eso.