"ATLETAS: En todos los cuentos aparecen gestos mínimos de los personajes (un modo de acomodarse el pelo, la forma de atarle los zapatos a otra persona) que parecen decir más de sus estados de ánimos y sus conflictos que cualquier aseveración. A la vez, no le tenés miedo a las reflexiones: tus personajes hacen grandes afirmaciones sobre la muerte, por ejemplo. ¿Creés en la máxima de “mostrar, no decir”? ¿Cómo decidís cuándo el relato necesita una imagen y cuándo una reflexión?
KAMIYA: Cuando doy taller siempre digo “mostrar, no decir”. Creo profundamente en eso. Y, además, creo —ya yendo a algo más técnico— que es mucho más efectivo literariamente. Una cosa es decir “estoy triste, estoy muy triste”, y otra si trato de ocultar, si ustedes ven que me estoy aguantando llorar: eso conmueve veinte veces más. Y de los pequeños gestos, creo que era David Bowie que decía: “Como uno hace una cosa, hace todo”. Yo creo en eso también. Cómo se peina uno: vos tenés un mechoncito chiquito que dejás acá y es un detalle y es cuidado. En los pequeños gestos está toda la clave de la vida de una persona. Sobre lo que decían de las reflexiones, creo que es como en la vida. ¿No les pasa que a veces una está pensando pavadas del tipo: “me pinto así las uñas o me voy a tomar el 152; no, me deja mejor el otro” y, de repente, una piensa “No, la vida es tal cosa…”? (risas). Y después una vuelve a pensar si cargó la SUBE o no."
No hay comentarios.:
Publicar un comentario