En La Paz volamos en los hermosos teleféricos de Evo Morales, desde la estación Triangular de la línea blanca hacia todos los rincones de la ciudad; vimos el Estadio Hernando Siles, dormimos en el hotel Columbus, fuimos al Museo Nacional de Antropología, estuvimos en la Plaza Murillo, Iglesia de San Francisco, Teatro Municipal, Palacio de Gobierno, Mercado Yamba, “Mujeres creando”, Museo Nacional de Arte, Universidad Mayor de San Andrés, Plaza Tiwanaku, Plaza del poeta, Plaza Isabel la Católica, Parque urbano Central, Mercado Lanza, Catedral, Feria de El Alto y Las Alasitas, Pollos Copacabana, Mirador Laikakota, Monobloque universitario, Café "La Virgen de los Deseos", librería Yachaiwas, Biblioteca Municipal, Espacio cultural Waliki, Mercado de Flores, Facultad de Arquitectura UMSA.
Estuvimos un día en las ruinas y museos de Tiwanaku.
Tomamos infinidad de Windsor mate de coca; comí salteñas, api con pasteles, muchísimo pollo frito, alguna que otra trucha de lago a la
plancha, sopas de maní o de quinoa, muchas frutas y huevos revueltos en los
desayunos, unas albóndigas gigantes llamadas masaco de plátano y algunas
tortitas que parecían chipás, los cuñapes. Hasta me di el lujo de comer un
choripán peroncho-boli con salsa picante. Moira se atiborró de las sorocha pills para
la altura, mientras que yo fui preparado con Diabo, desde acá.
También fuimos al salar de Uyuni; visitamos las lagunas blanca,
celeste, verde y roja, el desierto de Dalí, subimos hasta 4950 metros para ver
fumarolas y géiseres, nos bañamos en las termas de Polques y dormimos en un
refugio y en el hermoso hotel de sal Tambo Aimara.
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