Bueno, aquí va una noticia hermosa. En quince días sale mi libro de cuentos de fantasmas por Aurelia Rivera. Nos pusimos con el Corto Alessandrini y reunimos dos docenas entre todos los cuentos de aparecidos que escribí en mi vida. Hay uno que se me ocurrió cuando tenía dieciséis años, dos de los veinticinco, otro es de los cuarenta y el resto fueron escritos desde la pandemia, momento en que me agarró un furor textual por estos seres invisibles para la mayoría, visibles para algunos. Verán cuentos conocidos por ustedes, como el de Yerri Kent, mi mascota de la infancia, que salió en Clarín, Verano 12, La Agenda, Télam, Mandarina y un sinfín de revistas virtuales o de papel. Otros son nuevos nuevísimos: dos de ellos tienen apenas meses de existencia.
La verdad es que el libro quedó fenomenal, lo vamos a presentar
en la FED y también va a haber una preventa más barata. Estamos empezando, con
el Corto, a pensar la prensa. Es todo nuevo para mí: Aurelia Rivera es una
editorial prestigiosa, con veinte años de existencia, pero al mismo tiempo es
pequeñísima. Armamos este libro casi como una artesanía. Hasta el título es
pequeño: “fff”. Así, en minúsculas. Un título fantasma.
Dediqué esta reunión de historias a Alejandro Sapognikoff, alias el Sapo, un gran amigo que falleció hace una punta de años y nos dejó a muchos sin rumbo ni señal. ¡Cómo me costó recuperarme de tu muerte, Sapo querido! Creo que este libro te hubiera gustado, a vos que eras un curioso amante de lo desconocido.
Mi frágil fantasma fabuloso
del título.
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