25.8.21

¿QUÉ OCURRE EN NUESTRO CEREBRO AL LEER UNA NOVELA? / DAVID DOREMBAUN

 "En su artículo ‘Libros que me han influido’, publicado en The British Weekly en 1887, Robert Louis Stevenson, autor de La isla del tesoro, dice que los libros más decisivos y de influencia más duradera son las novelas, porque “no imponen al lector un dogma que más tarde resulte ser inexacto, ni le enseñan lección alguna que luego se deba desaprender. Repiten, reestructuran, esclarecen las lecciones de la vida; nos desvinculan de nosotros mismos obligándonos a familiarizarnos con nuestro prójimo; y muestran la trama de la experiencia, no como aparece ante nuestros ojos, sino singularmente transformada, toda vez que nuestro ego monstruoso y voraz ha sido momentáneamente suprimido”.

Además de ser fuente de placer, la ficción permite al lector simular y aprender de la experiencia ficticia. Según Keith Oatley, profesor de Psicología de la Universidad de Toronto, y especialista en la psicología de la ficción, uno de los usos de la simulación es que, para adiestrarse en cómo pilotar un avión, resulta útil pasar un tiempo en un simulador de vuelo. No obstante, la práctica en un avión real es esencial, la mayor parte del tiempo en el aire no ocurre gran cosa. Desde el entorno seguro de un simulador, es posible enfrentar una amplia gama de experiencias y ensayar cómo responder ante situaciones críticas —y las habilidades aprendidas se transfieren al pilotar un avión—. De la misma manera, al involucrarnos en las simulaciones de la ficción, lo aprendido se transfiere a nuestras interacciones cotidianas.

Su investigación confirma lo dicho por Stevenson: al compartir indirectamente las sutilezas y tribulaciones de la historia, y al hacer inferencias sobre el desarrollo de la trama, el lector expande su empatía. Es decir, alineamos nuestras emociones y pensamientos con los de los personajes. Con imágenes de FMRI (siglas en inglés de resonancia magnética funcional) se ha comprobado que cuando uno lee frases que describen una acción, como, “subiendo las escaleras”, la lectura conduce a la simulación del contenido motor y emocional en el cerebro, y se acompaña de cambios en las regiones cerebrales que provocan la acción, como si el lector estuviese efectuándola."

En El País.

 

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