11.11.10

CLIRÁN DE NEVOLA 2100

Bueno, algunos problemas. Sepan disculpar los oyentes, pero no puedo hablar. Estoy como Saravia, mi personaje de "El amor enfermo": cuando tuve que escuchar (él a su novia, yo al Jurado del premio), me quedé sordo en el escenario. Ahora que tengo que hablar por teléfono y en la tele, me quedé mudo. Ya venía desde antes con algunas disfonías, pero tuve que ir ayer a dar una clase a unos niños de primer grado (se lo había prometido a mi sobrino Sebastián) y forcé un poco la voz. Todo agregado a que me la pasé atendiendo el teléfono -¡sin siquiera responder a la mitad de los llamados que me hicieron!-, más el no dormir, más el alcohol de los festejos: fui. Estoy super agradecido a todos los que tan cariñosamente se comunicaron conmigo, hicieron notas en sus blogs, me mandaron meils y mensajitos y dejaron grabaciones. Me siento halagado y muy querido, ¡bien ahí! Gracias. Más adelante iré respondiendo cada mensaje en particular, por ahora la cantidad me viene superando (¡ayer recibí casi quinientos mails!). Digo: sigan haciéndolo, pero ténganme un poco de paciencia con las respuestas y los links.

Para la prensa: entre hoy y mañana voy a tratar de responder solamente a cuestionarios escritos, ya que, repito, estoy absolutamente afónico. Perdón a los que me querían ver hablando o atendiendo reportajes en el celu. Si estoy recuperado, aunque sea un poco, visitaré el viernes a Osvaldo Quiroga, que siempre me apoyó en todos los libros que saqué -siempre es siempre-, y me dolería pasar la cita prometida para la otra semana. Pero creo que es el único lugar al que intentaré ir antes del lunes. Hiper saraviano lo mío: el día que consigo un micrófono me palmo retaroba. Y, bué, así son estas cosas. Trataré de descansar y me concentraré en la corrección de la novela para que salga lo más pronto posible en librerías. Besos.

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