Ahora estoy en Barracas. Feliz, estrenando el cuchitril. En medio de la zona de los concursos PRO de la Ciudad Autónoma, por lo que me gustaría predecir que el lugar se irá pa'rriba como pedo'e buzo. Digamoslo así: a Buenos Aires no le queda otro sitio para crecer que no sea para este lado. Todavía es barato, inseguro y bastante feo. Va a ser lindo, os lo juro.
A mi casa le falta un montón pero ya hice unos cuantos asados en la terraza, otros cuantos dibujos en el patio y estoy por empezar a escribir en un cuartito especial que, como aún hace frío, no he probado convenientemente. Queda a medio camino entre patio y terraza. Será mi Aleph privado.
Estoy otra vez con mis libros, mis pinturas, mi música. Y el pasaje desde el que accedo tiene nombre de escritor.
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