Insoportable buena fe,
es tan difícil decir a una mujer que es fea,
a un viejo amigo que es inútil y cobarde,
es tan difícil decir a un mal poeta
que sus infames versos hieden,
que sus libritos dan grima,
que sus metáforas son abominables
que la listita de sus premios
es desgarradora,
es tan difícil hablar con una lengua pura
de cristal y plata fresca y lúcida saliva,
decir a un hombre notorio que es imbécil,
que si no mide el flujo
de sus tonterías
puede morir como un pez,
es tan difícil soportar al literato orondo
que ha estado dando en Londres
sus conferencias para monos,
es tan difícil y tan duro
ir a lugares, almuerzos,
inauguraciones de aeróstatos,
escuchar la radio, los recitadores
de trámite melífluo, los sermones,
es tan difícil recibir llamadas telefónicas
y libros dedicados,
rehusar invitaciones,
hollar las vanidades
que envenenan el mundo,
es tan difícil flotar, volar, arder
como las naves,
como los pájaros sagrados
y algunos pocos libros de platino,
es tan difícil y tan necesario
abominar del dinero
y del poder
y seguir siendo un hombre.
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