Estoy cansada de palabras hermosas
que serpentean por mi frente adiestrada
y de los buenos pensamientos
que nadan en mi corazón cobarde.
Estoy cansada de las voces que retumban
y me adulan con graznidos de cuervo
y de todos los monos graciosos
que desfiguran mi llanto en risa.
¡Dame palabras feas y pensamientos viles
que inflamen mi mente con venenoso chismorreo
haz que me enferme de fiebre
déjame sola!
Sola quiero penetrar en el pantanoso bosque
de la temperatura
sola quiero librarme de mi deseo
con la belleza venenosa de la flor del pantano
sola encontraré los pétalos de mi infancia:
la margarita, el ojo sano del sol
que levanta la mirada desde un lecho de blancas
y refrescantes
sábanas.
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