“El conocimiento directo de los escritores es nocivo. Un poeta, dijo Keats, es la cosa menos poética del mundo. En cuanto uno conoce personalmente a un escritor al que admiró de lejos, deja de leer sus obras. Esto es automático. Por lo que se refiere a las obras mismas, una idea sensata, y que ahora comienza a ponerse en práctica, es publicar al mismo tiempo en diversos países de América las mejores, o por lo menos las más resonantes, que también pueden ser buenas. Las muy malas deben ser editadas por el Estado a todo lujo, empastadas en piel y con ilustraciones, para hacerlas prohibitivas a los pobres y, a la vez, tener contentos a la mayoría de los poetas y novelistas.”
Eso lo dice porque está borracho. Un amigo decía: "No suelo estar a la altura de mis pensamientos".
ResponderBorrarYa no estoy más borracho. Y el que lo dice es Monterroso, que tampoco creo que estuviera borracho. Ya se nos pasó a los dos.
ResponderBorrarSí, yo ví que lo decía Monterroso, yo no bebo. No creo lo que dice Monterroso. A mí me interesa saber quién escribe algo, verle la cara, no creo en tan profunda disociación. Somos lo que escribimos, entre otras cosas. Es verdad que no se brilla a toda hora, pero la huella del destello puede verse, de todos modos, aún en la opacidad de lo cotidiano.
ResponderBorrarYo estoy con Monterroso, aunque lo lamento. Me imagino lo que debía ser tratar de hablar con Beckett.
ResponderBorrarNo creo que nada sea absoluto. Todo va de acuerdo a la neurosis de cada uno.
ResponderBorrarYo estoy todo el día conmigo y con eso tengo bastante.
ResponderBorrarConocer a un escritor ha de ser como husmear qué hay dentro de la galera del mago.
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