18.10.24

EL EXTRAÑO CASO DE LA TERCERA PERSONA / LILIANA HEKER


 “El misterio de la tercera persona, paradójicamente, no reside en él (o en ella) -siempre susceptible de comportarse, de tener una fisonomía, de cargar con un pasado-, sino en quien lo cuenta: ese ser sin contornos que desde la infancia nos vinculó con las historias, tan hábilmente que nunca nos llevó a preguntarnos quién era ese que sabía que había una vez, en un reino lejano…; el que nos introdujo en el mundo de los Rostov y los Bolkonsky durante la invasión a Rusia de Napoleón; y en un futuro donde el bombero Montag se cansará de quemar libros, y en los recovecos más íntimos del pensamiento de Leopold Bloom. Ese que nos ha contado las historias de otros es tan eficaz que maneja sin ayuda los hilos del relato y tan discreto como para que uno ni siquiera piense en él. Esto último es lo mejor que le puede pasar: una palabra fuera de su registro, una intervención desafortunada, nos denunciarían su presencia y la magia de la ficción se esfumaría -a menos, claro, que la ficción apuntara precisamente al narrador, pero ese es otro caso-. Sin embargo, aunque se lo supone neutro, no lo es; su voz y su mirada son singulares. La música, el ritmo y la intención del relato dependen de él; la distancia espacial y la temporal desde las cuales se cuenta la historia son cosa suya. Me animo a decir que presenta tantos matices como ficciones hay en tercera persona.”

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