15.9.16

SEGUNDA TEMPORADA DE LA CLÍNICA DE CUENTOS / JORNADA DOS

Me olvidé de sacarle la foto a la tarta que trajo mi amigo Fernando Espinosa, que vino más temprano. Le hice probar el snack de garbanzos de la semana pasada, que re tosté con gran delicadeza para él. Le encantaron (en realidad anteriormente había comido todo el Galpón, con idéntico énfasis). La tarta fue de cebollas y azafrán. Riquísima. Yo colaboré con un hummus del libro de Kiako y grisines de panadería.
El primer cuento fue "Apenas unos milímetros", del excelente libro "Mala letra". La autora es española, se llama Sara Mesa. No la conocía hasta que Sebastián Lidijover, de Anagrama, me mandó el print, porque la autora está por estos días de visita en Buenos Aires. Tengo entendido que el libro está por salir: es una joyita. Cuatro de los once cuentos te dejan sin aire. Este que leí es uno de ellos.
Después Pablo leyó un cuento fantástico con un televisor monstruoso; le falta un poco, que pase algo más. ¡La narración se hace con sucesos! Ilustré lo que tenía para decirle con "Hilo amarillo", uno de los últimos cuentos de Elvio Gandolfo, con una atmósfera alucinante, bien de terror. Da envidia este Elvio cuando se pone a manejar el suspenso. Sé que también está en Buenos Aires en este momento y... ¡tampoco lo pude ver! Y eso que Elvio es mi amigo. Tuve mucho trabajo esta semana. Lo lamento, capo.
"Inseguridad", el cuento de Fabián, podría estar en cualquier buena antología de cuentos de humor. Está muy muy bien. Casi no tuve nada para corregirle; con unos toques mínimos tiene un cuentazo. Se los marqué en el papel pero se lo olvidó- la próxima recordame, Fabián, y te lo doy. Felicitaciones.
Y las tres horas se esfumaron sin tiquismiquis (tenía ganas de usar esta palabra). Hasta el próximo miércoles.

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