15.9.16

DDUM 330 / WANDA HOLSMAN ESCRIBE SOBRE MONUMENTO

Me cuesta ordenar mis ideas. Pienso en el jueves 4 de agosto, la noche del estreno de ‘Monumento’ en Buenos Aires. Mi mente se llena de pensamientos diversos: algunos son recuerdos, otros tratan de conceptualizar sentimientos, mientras que otros quieren dimensionar el producto que acababa de ver. Era eso... un ‘producto’, un primer resultado de un extenso proceso al que yo me había sumado hacia el final. Comienza a hacerse público, ya no queda en la intimidad de los protagonistas y el equipo de producción; ahora comienza a ser de dominio compartido con un afuera, ahora sí nos trascendería. (Wow!)
Fernando Diaz, el director del documental, logra abordar la complejidad de lo que sintetizó como ‘la humanidad detrás del concreto’. No es tarea fácil hablar de humanidad frente a un genocidio, hablar de un genocidio paradigmático sin hablar explícitamente de muerte. ¿Cómo contar esa complejidad? ¿Por qué hacerlo desde el ‘Monumento Nacional a las víctimas del Holocausto’? ¿Cómo es el monumento desde la perspectiva sus autores? ¿Y sus destinatarios? ¿Quiénes son estos últimos? A través de los ojos de Fer recorremos lo humano en la complejidad, la complejidad de lo humano. Sus ojos nos invitan a ser también testigos de todas las historias que supo enlazar para contarnos, para preguntarnos, para decirnos, para ayudarnos a seguir pensando. Son muchos los vectores que se cruzan en 80 minutos.
Soy una de esas historias. Soy en primera persona y represento a otras. Soy yo y soy otros. Conmigo está Mendel y su historia; su familia polaca y argentina; los ocho campos de concentración y las cuatro ciudades en el camino a Buenos Aires; su pasado y su presente. Con él los otros sobrevivientes, conmigo el resto de los jóvenes aprendices que somos portadores del legado que ellos nos dejan. Conmigo la historia de mi propia familia exiliada, mi curiosidad y mis experiencias. Y todos nosotros con ustedes, porque ahora estas historias también son un poco suyas.. si se animan a dejarse interpelar.
“Nadie tosía, nadie hablaba, todo el mundo estaba en silencio, atento”, me comentaba Mendel su impresión por teléfono al día siguiente. Pienso que la realización de Fer es brillante: respetuosa y cálida, al tiempo que incisiva y brutal. Me pregunto si es posible reflejar la realidad -humana- de otra manera.
No tengo más que palabras de agradecimiento. Miro para atrás y entiendo que nunca dimensioné nada de lo que estaba haciendo. De repente una pantalla gigante en el cine Gaumont me devuelve mi imagen de dos años atrás. De repente vuelvo al momento en que conocí a Mendel, vuelvo a hacerle preguntas, vuelvo a pensar en mis abuelos y vuelvo a Auschwitz. Me reencuentro con Berlín, vuelvo a recorrer sus calles con los dos arquitectos, Gustavo Nielsen y Sebastián Marsiglia: buscamos huellas en una ciudad con memoria, mientras me cuentan algunos episodios del proceso creativo del monumento.
En la sala, rodeada de amigos, familiares y otras caras conocidas, resignifico todo lo que Fer muestra y de qué manera impacta en otros, propios y ajenos. Resignifico las palabras ‘transmisión’ y ‘trascendencia’.
Quiero recuperar también la humanidad detrás de cámara; humanidad que no se ve pero que sostiene cada minuto de grabación. Compartimos muchas horas juntos: de risas, llantos, anécdotas, miedos, incertidumbres, opiniones, desacuerdos, comidas, brindis, viajes, idiomas, paisajes y silencios. Siempre me sentí cuidada, contenida y acompañada. GraciasMachaco Contenidos por toda esa calidad humana. Gracias especialmenteAndrea Kluger.
No dejen de verla. No lo hagan por mí, háganlo por ustedes.
Todos los días en el Cine Gaumont Espacio INCAA Km0 a las 14.30 y 19.50hs. y los sábados a las 20hs en MALBA

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