25.7.07

(GLOBO TERRÁQUEO) / ANDRÉS NEUMAN

Lo traías con ojos que esconden la sorpresa.
La caja era sencilla, el papel se ondulaba.
Sonriente, anunciaste: será para tu cuarto,
que acompañe tus días y viaje con tus sueños.
Toda mi gratitud se encaminó al futuro,
yo no te dije nada y tú lo comprendiste.
Era redondo y liso, su piel era el dibujo
de cuanto antiguos hombres pudieron navegar.
Hoy acaricio el globo -el aro de madera
que abraza cada giro, el metal de su eje-
y sé que es el momento de darte al fin las gracias:
me has regalado el mundo, me lo diste una noche
con su brillo cambiante y su gesto inclinado.

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