México, 2 de noviembre (Télam-SNI).- El escritor Ricardo
Piglia, que se encuentra de visita en México, aseguró que no sabe
de qué se lo acusa en el fallo por el cual fue condenado a pagar
una indemnización al narrador Gustavo Nielsen y sostuvo que "la
literatura no necesita del mercado".
El autor de "Respiración artificial" llegó a México para
participar del "Coloquio Internacional Literatura Argentina
Contemporánea. Entre ficción y Reflexión: Juan José Saer y Ricardo
Piglia", que se llevará a cabo entre mañana y el viernes en El
Colegio de México (Colmex).
En una entrevista concedida al diario La Jornada, el autor de
"Respiración artificial" (1980) indicó que no entiende el fallo
por el cual la Corte Suprema de Justicia lo condenó el pasado 3 de
octubre a pagar una indemnización -junto con el sello Planeta- a
otro novelista por la "manipulación" del Premio Planeta en su
edición 1997, que ganó con su obra "Plata quemada".
"Es un reflejo muy nítido de lo que pasa actualmente en la
literatura. Antes los escritores eran llevados a los tribunales
por obscenos o subversivos, ahora por cuestiones relacionadas con
el mercado, como si fuéramos responsables de la existencia de esa
industria", indicó.
"Sé que fui condenado, y con sinceridad digo que no sé de qué
se me acusa. Quienes tienen que ser cuestionados por ese asunto
son los jurados o los organizadores, no yo", opinó el escritor.
El premio fue impugnado por el escritor Gustavo Nielsen, quien
acusó que este galardón ya estaba decidido en favor de Piglia y
decidió llevar el caso a la Corte Suprema de Justicia, que falló a
su favor.
Para Piglia este caso sólo puede entenderse desde un punto de
vista kafkiano: "Lo que me parece más extraño es que si el alegato
era poner en duda la legitimidad de un premio, sigo sin entender
por qué fui puesto en esta situación. Nunca supe de qué me
acusaron", señaló.
Para el autor de "La ciudad ausente", el hecho de que este
caso haya sido llevado a los tribunales le parece algo que debe
mirarse con cuidado: "Convertir discusiones literarias en
cuestiones judiciales me parece un antecedente complicado. Llevar
la literatura a la lógica del escándalo nos debe mover a mantener
la cautela", analizó.
A lo largo de la entrevista, el escritor aseguró también que
"la literatura ocupa un sitio relevante en el mundo moderno porque
es el lugar de la incertidumbre" y definió las características del
oficio de "contador de historias" que eligió para dedicarle toda
la vida, como manera de conjurar dudas y construir certezas.
"Tanto los jóvenes de ahora como los que vivieron en la época
de William Shakespeare o de Fedor Dostoievski enfrentan nudos
parecidos; hay ciertas preguntas e inquietudes que persisten, para
las cuales la literatura es una de tantas respuestas, quizá la más
benéfica", indicó Piglia.
"Cuando leemos novelas hacemos la experiencia de la vida a
veces más intensa, o más perfecta o más dramática -aseguró-. La
literatura, a diferencia de la pintura o la música, tiene la
particularidad de no requerir una lengua distinta, es decir, un
escritor hace su arte con los materiales más cotidianos".
Piglia sostuvo que no cree que la validación de una literatura
se encuentre en el mercado ni que un escritor valga por lo que
vende: "La literatura no necesita de la industria editorial. Esto
es al revés", añadió.
"Si la literatura no existiera, esta época no la habría
inventado. Es una práctica muy improductiva, artesanal, aislada.
Un individuo que no necesita otra cosa que un lápiz y un papel
para escribir lo que quiere, no forma parte de la lógica económica
de la sociedad. De hecho como ya existía la literatura, ahora
sigue funcionando", precisó el autor. (Télam-SNI).
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