"T.: ¿Cómo surgieron los cuentos de fantasmas que integran el libro?
G.N.: La mayoría surgieron en pandemia. Estábamos aislados. Me comunicaba con mis amigos pero no los podía ver. Tampoco a mi novia que vivía en provincia. De algún modo éramos todos fantasmas. Y convivía diariamente en mi casa con un panel que hice para la Bienal de Arquitectura de Buenos Aires, que tenía un molde en silicona de un vestido. Lo usamos para hacer el Monumento a las Víctimas del Holocausto en base a un vestido que me cedió una diseñadora amiga. Lo había hecho su madre. El caso es que la silicona absorbe la luz, así que era ingresar a una habitación de noche y encontrarse con ese vestido encendido. Una imagen fantasmagórica."
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