1- Utiliza el tiempo de los extraños de modo que no sientan que les estás haciendo perder el tiempo.
2- Dale al lector al menos un personaje con el que se pueda identificar.
3- Todo personaje debería desear algo, aunque solo fuera un vaso de agua.
4- Cada frase debería lograr una de estas dos cosas: revelar algo de un personaje o hacer avanzar la trama.
5- Comienza tan cerca del final como sea posible.
6- Sé sádico. No importa lo dulce o inocentes que sean tus personajes principales, haz que le pasen cosas terribles para que el lector sepa de qué están hechos.
7- Escribe para complacer sólo a una persona. Si abres una ventana y haces el amor con todo el mundo, tu historia se agarrará una pulmonía.
8- Da a tus lectores la mayoría de datos posible. ¡Al diablo con el suspenso! Los lectores deberían tener una comprensión completa de lo que está pasando, dónde, cuándo y por qué, para que puedan terminar ellos mismos la historia si una cucaracha se come las últimas páginas.
Leí tu cuento de enterrar a los hijos, es notable la narrativa a dos voces y que cada vez suene tan clara
ResponderBorrar*cada voz
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