3.9.21

LA GUERRA DEL ARTE / STEVEN PRESSFIELD

"Mi familia suele preguntarme: “¿no te sientes solo escribiendo todo el día?”. En un principio se me hacía raro responder "no". Pero pronto me di cuenta de que no estaba solo; estaba dentro de mi libro, estaba con los personajes. Ellos son más reales, vívidos e interesantes que todas las personas en mi vida. Si lo analizas, no podría ser de otra manera. Para que un libro (o cualquier proyecto) sea capaz de mantener nuestra atención por el tiempo necesario para desarrollarse, tiene que anclarse a una complejidad interna o pasión que es de suma importancia personal. El problema se convierte en el tema de nuestro trabajo, aunque en un principio no podamos entenderlo o no sepamos articularlo. Conforme los personajes se van desarrollando, cada uno personifica un aspecto de ese problema, de esa complejidad. Estos personajes puede que no sean interesantes para nadie más, pero para nosotros son fascinantes. Son versiones más sexis, más inteligentes, más rudas de nosotros mismos. Es divertido pasar tiempo con ellos porque están batallando con el mismo problema que nos aqueja. Son nuestras almas gemelas, nuestros amantes, nuestros mejores amigos. Incluso los villanos. Especialmente los villanos."

No hay comentarios.:

Publicar un comentario