"Desde hace un año cubro el Bafici en las películas relacionadas con arquitectura y ciudad, para La Agenda. El año pasado fue fácil porque había una sección específica que venía con cuatro ya seleccionadas de antemano: la belga “Rabot”, la boliviana “Cholet” y dos maravillas, una japonesa -“Moriyama-san”- que, de tan buena la volvimos a dar en el Ciclo del Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo, y finalmente “Tudo é projeto”, el documental brasileño en que Joana Mendes da Rocha graba a su padre Paulo visitando sus últimas obras en San Pablo. Este año no hubo una sección, y tuve que ir a muchas funciones para poder hacer el informe que aquí va (mi vida es sacrificada, lo hago por ustedes).
Si bien todas las películas nos pasean por ciudades, pudiendo estar en la Lisboa de los 60 en “Los verdes años”, hacer “La vuelta al mundo cuando tenías treinta” con el japonés Koreyzky o andar por la Buenos Aires actual subidos al bus turístico porteño de la mano de “Margen de error”, tengo que separar las específicas de mi carrera, las que podríamos pasar en ciclos de la Sociedad Central de Arquitectos o en el mismísimo CPAU. Y encontré dos. Mis colegas me van a recriminar que tampoco son representativas de la profesión. Una de ellas habla de un arquitecto que no es reconocido por la Matrícula como uno de los grandes, porque es alguien que ha hecho una obra silenciosa, además de inventar un método simpático y útil aplicado a reformas de tipo doméstico. La otra película habla de un artista que envuelve edificios en lugar de construirlos. Livingston y Christo respectivamente. Vamos por ellos."
¡Gracias Pablo Perantuono!
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