27.9.18

SEXTA TEMPORADA DE LA CLÍNICA DE CUENTOS DEL GALPÓN ESTUDIO / CLASE 4

“Me está costando mucho escribir sobre el domingo. Plasmar la larga sensación de vacío de los domingos. Sin correo, las máquinas cortando el césped a lo lejos, la desesperanza”.

“Punto de vista” es un gran cuento de Lucia Berlin. Hace lo que quiere: está en tercera, en primera, es Henrietta y es Lucia. Empieza indagando en las diferencias entre las distintas personas, y termina sacándole el máximo de jugo a ser una narradora omnisciente o íntima. La historia podrá ser intrascendente, pero te va a interesar porque la sé contar, dice Berlin. Y se cuela en el texto sin que la veas. ¿Estará contando la escritora o el personaje?

“Escribo una palabra en el vidrio empañado. ¿Qué? ¿Mi nombre? ¿El de un hombre? ¿Henrietta? ¿Amor? Sea cual sea, la borro antes de que nadie pueda verla”.

Lucia Berlin arrastra la melancolía de sus mujeres y nos invade con ella, como si nos estuviera tapando con una manta.

También leímos a Cortázar, “La noche boca arriba”. ¡Qué sobre explicado parece el niño Cortázar al lado de esta chica! Igual es un cuentazo. Me quise hacer el canchero e, ipso facto y fuera de programa, agregué "Continuidad de los parques", recordando que tenía dos puntos de vista con un mismo protagonista. Eleonora nos explicó que se trataba de una "metalepsis narrativa", más que de diversidad de enfoques. O sea: una “intromisión del narrador o del narratario extradiegético en el universo diegético (o de personajes diegéticos en un universo metadiegético)”, según Genette. El universo diegético es el mundo narrado por el escritor. Gracias Eleonora. 

Comimos Kalimti con vino tinto y aceitunas griegas. Corregimos textos de Lili y Lucas. Ninguno de todos nosotros adivinó la palabra del vidrio. Intuimos que es una palabra triste, de amor frustrado. Lucia Berlin es la única que la conoce, y ya no está para contarlo.

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