9.4.18

LOS CAMPOS MAGNÉTICOS / MI CRÍTICA A BUSQUED EN LA AGENDA

"Cuando escribí “Auschwitz” imaginé qué podía pasarle a un desequilibrado cuando leyera el “Nunca Más”. Lo anuncia el propio Sabato en su prólogo. Expresa temer que el libro, en manos equivocadas, sirva como manual de horrores. Entonces diseñé un personaje, Berto, que utiliza las torturas allí descriptas para hacérselas a un pibe que secuestra. Es un experimento de sadismo. Tuve que revestir el libro de humor negro para que se dejara leer. Así y todo, hay mucha gente que lo suelta porque no se banca al personaje.
Busqued mismo desconfía del sujeto que entrevista. Ya no lo admira secretamente como hace Palacios con el dentista de La Plata (o como hace Sarmiento con “Facundo”); las preguntas que Busqued piensa parecen formuladas para entenderse a sí mismo, como si lo que el asesino dice tuviera lazos inmediatos con la vida del escritor. Y los actos del criminal se le quedan pegados a las manos como los cubiertos a Melogno, en el restorán al que iba a comer después de matar.
“Lo primero que se me ocurre pensar es: ‘la mierda, estoy magnetizado, qué me pasó.’ Me fijo bien, y no: tenía sangre en la mano. Era la sangre lo que me hacia pegar el cubierto. (…) se me pegaban las cosas a la mano y no entendía por qué. Y como eran de metal, pensé que capaz estaba imantado. El primer pensamiento lógico fue ese, digamos…”Los cubiertos son metálicos, se me pegan los metales… estoy magnetizado.”
¡Gracias Pablo Perantuono!

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