23.4.18

CINE Y ARQUITECTURA EN EL BAFICI 20

"Moriyama escucha música noise sentado en el suelo frente a su equipo de alta fidelidad. Es un coleccionista de CDs de música industrial, ama a Otomo Yoshihide. Reconozco que jamás había escuchado sus sinfonías, que van muy bien con la estética de la casa y con la teoría de los Sanaa, donde el terreno es un display que contiene piezas interdependientes. El vacío entre las piezas construye la comunicación y circulaciones. La música se vive como pequeños episodios sónicos muy diferentes unos a otros, unidos simplemente por la proximidad.
Con la misma metodología de proyecto los Sanaa hicieron otros edificios tan o más interesantes que esta casa, como el Museo de Kanazawa, de 2004. Rebecchi, que es también un melómano del noise, dice que Yoshihide no deja de tocar instrumentos o bandejas (muchos de estos músicos son DJs); pero en lugar de pasar la púa por los surcos de los discos, las frotan contra diversas superficies que ponen a dar vueltas. O trabajan sobre guitarras ya no pulsando las cuerdas con los dedos, ni con martillitos en el caso de pianos, sino con arcos rígidos o caños especiales.
El documental es una maravilla realizada por Ila Bêka y Louise Lemoine, que son los autores también de Koolhaas Houselife, la película sobre la casa para un inválido de Rem Koolhas, que estaba contada por la mucama. El único inconveniente que le veo a Moriyama-san es un temita de comunicación que tienen el director y el propio Moriyama: se entienden poco con el inglés. A veces cansa un poco todo este esfuerzo por mantener un diálogo, aunque a veces también rinde espontáneamente algún fruto. Como en el momento en que el director le pide permiso para grabar un instante, con mucho respeto, el lugar donde el japonés enterró las cenizas de su perro. Hay una estatuita de madera marcando el sitio en un cantero. El occidental da por sentado que el oriental es dueño de una espiritualidad suprema, pero Moriyama cambia el muñequito –al que llama Cristo, riéndose, porque parece más un Martín Fierro que un Cristo- por su botella de agua mineral, que es casi de la misma estatura. Y agrega que tal vez ahora sea mejor."

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