Hice asado, todos trajeron vinos, Débora y
Pablo se ocuparon de la picada, Nicolás y Fernando de las ensaladas, Jonatan de
las cervezas y las gaseosas, Fabián de los souvenires. Me tocó un libro que Fabián
jura librazo: “Samurai”, de Hizako Matsubara. Siempre sus recomendaciones
resultan acertadas. Fernado también nos trajo un regalo de su último viaje a
Salta: unos señaladores de plata con forma de cactus. Preciosos. Y cocinó su
manjar especial: el pan dulce; desde acá le pedimos la receta, porfa. La
arquitecta Moira Sanjurjo anduvo sacando fotos y nos ofrendó su exquisito
marquisse de chocolate. Otro manjarete.
Para justificar lo literario de esta Clínica,
leyó Fabián su cuento deportivo. Se lo caucheamos
entre todos (ja, ja). Después escuchamos en silencio el cuento de Rulfo “No
oyes ladrar los perros”, en la voz del autor. Pueden hacerlo acá:
Cardones, querido maestro. Cardones
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