La foto del roll antes de enrollar es para Fernando, que no me creyó que los hubiera hecho yo.
El
cuentazo fue de Carlos Gardini, un
grande que falleció hace muy poquito. O sea, fue un homenaje. “Primera línea”,
mi relato favorito de Carlos, pertenece al libro del mismo nombre publicado por
Editorial Sudamericana. También leí “No es una línea recta·, de Gandolfo. Este
cuento ya lo habíamos estudiado en una temporada anterior, pero lo repetí
porque ejemplifica muy bien lo que quería explicar. También leímos fragmentos
de “Esa máquina roja”, la magnífica novela del uruguayo Pablo Casacuberta, para
poder entender cómo esquivar algunos cazabobos de la literatura. Me quedó
leerles las instrucciones para tener miedo, de Julio Cortázar, dedicadas al
ejercicio que estamos encarando. Van las cinco mejores instrucciones.
“En
un pueblo de Escocia venden libros con una página en blanco perdida en algún
lugar del volumen. Si un lector desemboca en esa página al dar las tres de la
tarde, muere.
En la plaza
del Quirinal, en Roma, hay un punto que conocían los iniciados hasta el siglo
XIX, y desde el cual, con luna llena, se ven moverse lentamente las estatuas de
los Dióscuros que luchan con sus caballos encabritados.
En Amalfí, al
terminar la zona costanera, hay un malecón que entra en el mar y la noche. Se
oye ladrar a un perro más allá de la última farola.
Se
sabe de un viajante de comercio a quien le empezó a doler la muñeca izquierda,
justamente debajo del reloj de pulsera. Al arrancarse el reloj, saltó la
sangre: la herida mostraba la huella de unos dientes muy finos.
El médico
termina de examinarnos y nos tranquiliza. Su voz grave y cordial precede los
medicamentos cuya receta escribe ahora, sentado ante su mesa. De cuando en
cuando alza la cabeza y sonríe, alentándonos. No es de cuidado, en una semana
estaremos bien. Nos arrellanamos en nuestro sillón, felices, y miramos
distraídamente en torno. De pronto, en la penumbra debajo de la mesa vemos las
piernas del médico. Se ha subido los pantalones hasta los muslos, y tiene
medias de mujer.”
La
compañera nueva, Laura, trajo vino blanco frappé
para celebrar el Sushi Nil, y un cuento para disfrutar en el taller. Fabián
también leyó Lala IV, que tiene destino de obra maestra si se anima a corregirlo como le dijimos.
Tenemos
un gran grupo.
es literario o narrativo lo del medico
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