27.3.17

DDUM 564: MARCO DE CUADRO CON ESPEJO / BELÉN WEDELTOFT

"Nielsen me pide contar algo sobre el espejo enmarcado que aporté al Monumento. Apenas me lo dice pienso en inventar una anécdota jugosa sobre el tema, algo del orden de lo incomprobable, que para eso soy escritora. Comienzo a pensar en una historia que incluya amor, algo de policial, un poco de poesía. Al rato la descarto porque cuando uno escribe, aunque sea mentira, tiene que creérselo. Delete y de nuevo la página en blanco. Tomo el camino más seguro: contar la verdad. Hago memoria. Lo que recuerdo es que encontré ese marco dentro de un contenedor de basura en alguna calle de Buenos Aires. Estaba sucio y mal pintado pero entero y me lo llevé. Estuvo ahí varias semanas y alguien que yo amaba (acá aparece una historia de amor) se encargó de limpiarlo y repintarlo. La idea de ponerle un espejo se impuso en algún momento, pero desde el principio sentí que lo del espejo había sido una vuelta de más, en falso. Otra cosa que recuerdo (acá aparece un contexto) es que, por los días que apareció el marco en mi vida, pasó lo de Cerati.
Corazón delator.
Ahí estuvo el marco con su espejo colgado en mi patio (sí, al aire libre) hasta que Gus empezó con lo del monumento, y mientras paneaba en mi vida para ver qué podía aportar a tremenda obra me vi en el espejo con el marco alrededor (tengo una foto para documentarlo). Sin pensarlo dos veces lo cargué en el auto y se lo llevé.
Puente.
-       El espejo se rompió cuando lo manipulamos- me contó mucho después- Perdón.
Perdón no, me quedé pensando. Gracias. La lógica de los objetos suele ser impecable. El espejo es la memoria, lo demás está de más.
En impecable código ceratiano sería:

-       Te llevo para que me lleves. "

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