3.11.16

CAPÍTULO OCHO DE LA SEGUNDA TEMPORADA / LA CLÍNICA DE CUENTOS DEL GALPÓN

 Otra vez nos vino a cocinar Laura Lober, esta vez desde su emprendimiento “Murakami Sushi”, delivery de piezas de autor y cocina del sudeste asiático. Altamente recomendable. Comimos unos rolls intensos con salmón, palta, Filadelfia con rocoto, maracuyá y sésamo tostado. Y tres aderezos: una mayonesa con lima, otra de miel y cúrcuma y un curry ahumado. ¡Alta cocinera, Laurita! Entren a la página para más datos. Gracias.

El primer cuento que leí fue “Letino”, de Marcelo Caruso, que plantea un loop en el tiempo que dejó al grupo con la piel de gallina. Es un cuento que Marcelo escribió con menos de veinte años, la joya con la que ganó la Primera Bienal de Arte Joven en 1989.
Leyeron Fabián, Mariano y Pablo. Mencioné partes de un discurso espléndido de Flannery O´Connor, que dice verdades como esta:

“La literatura implica que se está hablando con personajes y acciones, no de personajes y acciones. El sentido moral del escritor debe coincidir con su sentido dramático.”
O:
“La cuestión es que los materiales del escritor son los más humildes, La literatura trata de todo lo humano y nosotros estamos hechos de polvo. Si desprecian mancharse de polvo, entonces no deberían intentar escribir. No es un trabajo lo bastante grande para ustedes.”

Leímos también “La madre de Ernesto”, de Castillo, “Ìcaro”, de Buzzati y un fragmento de “Zona de clivaje” de Liliana Hecker, esa especie de cuento con el que termina su novela.

Brindamos con un sake coreano que trajo Pablo Redivo.

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