Pequeña crónica de ayer. Leí "El nadador", de John Cheever, con un muy buen prefacio de Rodrigo Fresán en el libro que él mismo tradujo, compiló y prologó para Emecé. Cito:
"...recuerda a estas tramas - "Incidente en el puente del Búho" de Ambrose Bierce quizás sea el ejemplo paradigmático de esto- que logran concentrar una vida entera en apenas un día o un instante, y lo que en principio parece una despiadada y realista fotografía comienza a revelarse como un paisaje que termina bordeando lo fantástico."
Después arrancó leyendo su cuento de rompecabezas, aún sin título, Mariana. Y siguió con uno mejor: "Aniversario". Esta chica escribe muy muy bien. Tiene una voz, en la línea de Lorrie Moore o, por citar a excelentes cuentistas locales, María Fasce y Alejandra Laurencich. Para ejemplificar de qué se trata esto de la voz femenina leí un comienzo de María y un cuento entero de Alejandra: "Felicidad", el de la peladita que grita en la habitación 425 del Hospital de Niños. Desolador.
Con el objeto de terminar de explicar el tema del cuento de rompecabezas leí también mi "Tatuaje de cartón", de Playa quemada", y acabamos la velada hablando sobre las diferencias entre la primera persona, la tercera subjetiva y la tercera ominsciente respondiendo a una pregunta de Iván.
Los libros que cito de las chicas son: "La felicidad de las mujeres" (Fasce, Destino) y "Coronadas de Gloria" (Laurencich, Alfaguara).
Comimos una deliciosa tarta de jamón y queso que hizo Fernando, con Coca Light y café.
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