22.4.16

SÉPTIMA ENTREGA DE LA CLÍNICA LITERARIA

Como obra maestra esta vez no leí una obra maestra sino un cuento policial - de fantasmas de un autor llamado Bonifacio Lastra (no confundir con Héctor): "El prestidigitador". No está bien escrito, y la historia es un poco ingenua, pero me gusta el coraje con el que Bonifacio la enfrenta. Da todos los datos en orden, sin quitarle importancia a los sucesos, deteniéndose cuando el cuento viene a asustar o a explicar sicológicamente, al estilo del final de "Psicosis" de la dupla Bloch - Hitchcock, de qué va la cosa. Es un cuento interesante, casi el borrador excesivo de un cuento.
Después leyeron Pablo, Lucio, Majo e Iván, en ese orden, sus respectivos cuentos de fantasmas. Ya noté evolución en las distintas escrituras, lo que me puso muy feliz. La clínica está sirviendo.
Evolucionamos hasta en las comidas: hubo salado y dulce. Lucio aplicó un guacamole estupendo de su autoría -según Fernando, estaba mejor que mi humus de la semana pasada-  con una bolsa grande de nachos. Yo aporté una torta de Maracuyá firmada por mi amiga la arquitecta Moira Sanjurjo. Tomamos café colombiano, gourmet.
Estamos hechos unos sibaritas.
No sé cómo se vuelve de esto.

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