Mi corazón y mi ojo
están en paz
Y ambos a dos se
cubren se favores:
si el ojo tiene
antojo de mirar
o el corazón suspira
por tus dones,
con tu retrato mi ojo
se regala
e invita al corazón a
ese banquete;
o bien el invitado es
mi ojo y cata
las ansias que mi
corazón le ofrece.
Y así, ya por tu
estampa o por mi afecto,
aun cuando estés
ausente estás conmigo,
pues vas adonde van
mis pensamientos
y ellos y yo seguimos
tu camino.
Luego, al dormir, tu huella en mi
mirada
despierta al corazón, y al ojo agrada.
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