1- Ingreso desde
la esquina, por las diagonales del cuadrado. Apenas si se ve que hay un espacio
adentro, aún no sabemos si es privado o público.
2- Las fachadas del pasaje son una pantalla anónima adornada con fileteados y referencias al fútbol y al tango. Color y síntesis barrial: pura alegría que acompaña el recorrido sin sobresaltos.
3- ¡Cha Chánnnnnn! La placita, para dormirse una siesta en paz mientras los chicos juegan en las hamacas.
4- La caripela con
manija del autor de “Cambalache”. Grafiteado por los que no saben lo genial
que fue. La Biblia y el calefón.
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