16.8.13

PÍO COLLIVADINO EN RADAR / MNBA

La palabra “progreso” no significó siempre lo mismo. A principios del siglo pasado, en el primer centenario de Buenos Aires, significaba construcción, maquinaria, técnica. El trabajador importaba en la medida en que era un eslabón de esa empresa que carecía de reivindicaciones. Hoy “progreso” define, paradójicamente, los aciertos sociales que el empuje del crecimiento no pudo –o no quiso– tener en cuenta en sus principios.
El progreso actual no tiene la forma de un edificio, de un puente o un monumento. La ciudad muchas veces extraña la forma anterior, por lo majestuosa. Todos esos edificios que se ven en los cuadros de Collivadino, todos esos paisajes urbanos de su Barracas natal que siguen ahí, intactos, son lo más importante que se hizo en la historia del sur. La Barracas de hoy los exhibe casi como sus únicas postales victoriosas. El Transbordador, la Vuelta de Rocha, el puente Bosch, el Victorino de la Plaza, el puente Alsina. Lo máximo que ha pasado es un buen reciclaje utilizando la cáscara de la historia. La Usina de la Música, el Mamba, el edificio ampliado de PROA. Da la impresión de que los cuadros de Collivadino podrían haber sido pintados la semana pasada.
En los films no pasa lo mismo. Las películas de época registran indumentarias, cortes de pelo, autos extraños. Moda de antes. Las películas de época nos dicen que esto que fue pintado pasó hace mucho, mucho tiempo.
¡Gracias Mariana Enriquez!

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