30.8.13

DESTRUCCIÓN DE LA MAÑANA (FRAGMENTO 6) / JOSÉ MARÍA FONOLLOSA

Ando con mi otro cuerpo por la calle.
Me detengo un instante junto a un grupo.
Unos muchachos jóvenes discuten
con gestos impacientes. -«Que hagan sitio.

No nos deben negar facilidades».
Asiento interiormente y me dan ganas
de sumarme a sus voces. Les escucho.
Son míos sus anhelos. Soy como ellos.

Me siento entre los míos nuevamente.
Como esa casa sola en un camino
que al tener compañía de otras casas
experimenta orgullo de ser pueblo.

-«Debemos reclamar nos abran paso
para así demostrar nuestra valía».
Con la sonrisa apruebo sus palabras.
Mas noto que me escrutan hostilmente

Y entonces me doy cuenta que no soy
sino lo que revela el yo fingido.
Que mi sitio ha cambiado con mi aspecto.

A mí también incluían sus palabras.
Mas no sé qué ceder si nada guardo.
Si a nada yo he accedido todavía.

Si al igual que ellos grito a los mayores:
-«Hacedme sitio, ineptos». Pero en balde.
No hay sitio para nadie en parte alguna.

Apretujados todos maldecimos
pidiendo amor, dinero y gloria a costa
de quien sea y lo tenga. De regalo.
O a cambio de que sea. A cualquier precio.

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