En 1996, esto es medio siglo después de finalizada la Segunda Guerra Mundial y desactivados los campos de concentración, la tenacidad del diputado chaqueño Claudio Mendoza (acompañado por Alfredo Bravo, Federico Storani y Graciela Fernández Meijide) logró la sanción por el Congreso de la Nación de la ley 24.636, "para la construcción de un monumento nacional a la memoria de las víctimas del Holocausto judío". Durante los siguientes 10 años esta ley no se pudo cumplir por múltiples rechazos de diferentes sectores sociales a las localizaciones propuestas. Y hoy está por verse.
En 2006, la entonces legisladora de la ciudad María Eugenia Estenssoro me contactó para tratar de destrabar esta situación. Enseguida, el arquitecto Osvaldo Guerrica Echevarría, presidente de la Asociación Amigos del Lago de Palermo, propuso el terreno situado dentro del parque 3 de Febrero con frentes a las avenidas del Libertador y Marcelino Freyre, entre el viaducto y el terraplén ferroviarios.
Al año siguiente, se dio el nombre de Paseo Marcela Brenda Iglesias al entonces llamado Paseo de la Infanta, para recordar a la niña fallecida por la caída de una escultura mal emplazada. En esos momentos la mayoría de los locales sin habilitación estaban cerrados.
En 2008, la Legislatura de la ciudad aprobó la ley 2728, ubicando allí el demorado homenaje y dando nombre definitivo al sitio: Plaza de Homenaje a las Víctimas del Holocausto-Shoá. Dicen los fundamentos que "deberá constituir un reconocimiento destinado a perpetuar el homenaje de la sociedad a los mártires de la atroz expresión de la intolerancia y la xenofobia que enlutó a la humanidad en el siglo XX. Un ámbito adecuado para el homenaje, el recuerdo sentido y la reflexión. Por lo tanto esta plaza deberá recibir el tratamiento paisajístico adecuado para lograr tan elevados fines".
En 2009 se sustanció un concurso para el proyecto de monumento llevado adelante por la Secretaría de Cultura de la Nación, y obtuvo el primer premio el de Gustavo Nielsen y Sebastián Marsiglia. Paralelamente, la destacada paisajista brasileña Rosa Kliass se ofreció voluntariamente a colaborar con las oficinas de la Ciudad para potenciar el proyecto paisajístico.
Todo esto quedó en el olvido. Primero, por la ilegítima renovación de la concesión del bajo viaducto ferroviario a una empresa por parte de la Administración de Infraestructura Ferroviaria de la Secretaría de Transportes de la Nación, ya que esa concesión para explotar un promocionado "polo gastronómico" omitió que el Código de Planeamiento Urbano de la ciudad no admite actividad comercial en el lugar. Segundo, porque las autoridades municipales han prescindido también de hacer cumplir ese código.
Ahora, las autoridades han decidido parquizar la plaza y admiten de facto la existencia de una serie de locales de comida que ocupan parte del terreno. ¿Pueden estas dos actividades convivir en el mismo espacio? Imposible. La Plaza de la Shoá debe ser un espacio para la reflexión, el recogimiento y el recuerdo, no para comprar la cajita feliz.
Consulté con varias instituciones involucradas, legisladores, vecinos, gente de la cultura, a los autores del proyecto ganador del monumento, a los padres de Marcela, y nadie acepta la idea de ofender la memoria de seis millones de personas vilmente asesinadas con el despacho de hamburguesas y sushi.
¿No hubiera sido más apropiado un centro cultural dedicado al tema del Holocausto y su difusión en la sociedad argentina y un espacio destinado a exponer la historia del Parque 3 de Febrero? Si unos pocos funcionarios no muestran "voluntad política" para ponerse de acuerdo ante una de las mayores tragedias de la humanidad ¿qué hace falta?
Autoridades de la Nación y de la Ciudad: solucionen esta situación, pues la responsabilidad es de ustedes. Levanten la mirada y vean uno de los mejores espacios de recordación de la Shoá del mundo: está acá nomás, cruzando el río, en la rambla de Montevideo (y ya tiene 20 años, los que nosotros perdimos discutiendo adonde lo hacíamos).
El 19 de abril se conmemoró el Levantamiento del Gueto de Varsovia y el 18 fue el Día Internacional de los Monumentos y Sitios. Hagamos honor a los dos acontecimientos erigiendo un monumento propicio en un sitio adecuado. © La Nacion.