7.2.12
EL MURAL SUBACUÁTICO / SLT
En la década del 30 el poeta Oliverio Girondo acompañó al muralista mexicano David Siqueiros a buscar un lugar en Buenos Aires para pintar. Siqueiros le había hablado a la intelectualidad argentina con palabras de futurista italiano. Lo trajo la inefable Victoria Ocampo justamente para que se explayara a voluntad. Irritó a muchos. No a Girondo, autor de "Espantapájaros".
¿Cuál era el mensaje de los italianos? Sant´Elía, Marinetti, Carrá hablaban de sepultar el arte antiguo. Las consignas de estos tipos tenían la insolencia de los graffitis: “hagamos volar los monumentos, ocupemos las calles y las plazas, destruyamos los museos, las bibliotecas, las academias…”
A Siqueiros le gustaron los silos del puerto, pero la verdad era que Buenos Aires no estaba preparada para que la pintara un “comunista”...
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