la fuerza que bate los mares y la herrumbre de mi voz
trazan un puente en un mechón de tu pelo
a un cielo que hace pie en la luz de la vela
pequeño altar cosido con miga de mazapán
y el medio par de aros de una alianza trunca
la vida cortada a la mitad por el hacha de una vida
en un hilo de voz y un millar de lágrimas
escudo del escudo contra el dedo que acusa
la ira mosca que cagó su corazón
nadie sabe nadie sólo yo
cuánto dolor cabe en un pecho
cuán lejos llega un grito
qué puñal lo apuñala
qué habrá sido de la madre que lo parió
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