Como todo el mundo, tengo una carpeta llamada "Música" en mi computadora. Cliqueo con el mouse sobre, por ejemplo, Catherine Deneuve - Toi Jamais. El Winamp se abre. Tiro adentro los otros temas que hay. Pink Floyd - Wish you were here; Julie Andrews - My favorite things; AC/DC - Back & Black y Zambayonni - El equilibrio del mundo. Mientras lo hago pienso, con vergüenza, que jamás en mi juventud me habría animado a comerme una ensalada así.
Cuando yo tenía 15 años eso era un sacrilegio. Sólo el que no sabía nada de música era capaz de grabar en la misma cinta a Rafaela Carrá y a Led Zeppelin. Mezclar idiomas, estilos, grupos era una verdadera blasfemia. Es más: a nadie que escuchara Led Zeppelin le quedaba ni media oreja para dedicarla a la italiana. O eras rockero, o eras un concheto del pop. A la vejez, viruela. Como dice Zambayonni en su canción: "Vos sos la playa / yo soy un gordo que perdió la malla". El MP3 publica el matrimonio entre La novicia rebelde y Angus Young mejor aun de lo que lo hacían las cintas. Él, en pantaloncitos cortos, como siempre; ella, con su pollera... (sigue allá)
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