"Cuando salgo del país, tengo muchas dificultades para llenar el documento de migraciones destinado al rubro “ocupación”: jamás en mi vida puse “escritor”, simplemente porque no vivo de ello. Por lo general pongo “asalariado” (seguramente un resabio marxista de mi época de sociólogo). Pero imagino que algunos sí asentarán “escritor”. En cambio, supongo que nadie, nadie, nadie debe escribir “crítico literario”. Y probablemente de esa debilidad institucional surja lo más interesante de ese metier: todo le está permitido, todo está por inventarse."
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