Y esperemos que venga mejor, aunque no parece. Mientras sigan los vendepatria al mando, estaremos jodidos. A nosotros nos va a ir bien, como dice Moira, a esta altura estamos blindados y solemos caer de pie con zapas acolchadas. Lo triste es ver la degradación del país, ver a la Argentina hundirse por los libermierdas de siempre, ver más pobreza.
Las fiestas de navité y año nuevo las eludiremos con elegancia, una en la playa y otra en secreto, al lado de una pileta, tomando champán en compañía de la linda Naná. Shhhhh.
¿Proyectos para el año que viene? Entregar libro de cuentos nuevo al FCE, reescribir una novela corta que me está sacando canas verdes por su complejidad (nunca una novela del yo, Nil, vos siempre complicándolo todo). Publicar "fff" al italiano por Tempesta (capa Silva, mi agente). Algún acampe por ahí... ¿cómo le dicen los profesionales? Residencia, eso. Un par de masterclases en mayo. ¿Continuar la Clínica en un tercer módulo? Podemos probar, si todos quieren, para marzo o abril. ¿Algo de arquitectura? Habrá, sí, aunque por el momento es una jugada secreta. Y mantenerse a flote y sin deudas, que es bastante.
Mi deseo para todos: caminen mucho, quiéranse, garchen más, duerman y sueñen. Lean, lean, lean. Coman todo casero, háganse sus propias comidas. Deseos para mí: jugá más pimpón, dibujá más, escribí más concentrado, andá más al teatro, volvé a hacer gimnasia, no engordes. Más que deseos son retos.
Y ya está. Un año modesto el que pasó, otro año modesto el que vendrá. Más cariño y menos fuegos de artificio. Me gusta así, ahora. Trataremos de burlar los problemas y de mantener salud y brillo.
Chinchines, pan dulce y besos.
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