Como llegó el apocalipsis (al menos a nuestro país), con Moi nos fuimos a pasar fin de año al Fin del Mundo. Viajamos en avión a Ushuaia, en auto por Ushuaia y en catamarán por el Beagle. El auto se llamó Eyras EO, el barco Elizabetha y creemos que el avión todavía es de Aerolíneas Argentinas, empresa nacional.
Subimos al glaciar Martial, al cerro del Medio y al Pampa
Alta, hicimos senderismo por la costa del Parque Nacional, Lapataia, laguna
Negra, laguna del Turbal, vimos el lago Acigami, llegamos hasta el límite con Chile en
la senda Hito XXIV. Caminamos por la ruta Ensenada, pasamos un día en la
cascada del río Pipo, hicimos senderismo por Estancia Túnel. Fuimos en auto
hasta Puerto Almanza y al valle de Andorra.
Comimos con el biólogo Gustavo Lovrich y con Fernanda
Confortino, más sus respectivas parejas Mirta y Fernando. También almorzamos o
cenamos en El Mercado, Augusto, Altos Ushuaia en Nochebuena, Tía Elvira, Volver,
La Estancia, La Unión, el Bar de Pizzas para Fin de Año y en Kaupé para el
primero. Comimos centollas frescas, centollón, cordero patagónico, vacío,
róbalo, abadejo, merluza negra, hongos y verduras grilladas, goulash, risotto,
mariscos; diversas ensaladas y frutas, pizzas y lomitos completos. Helados,
tortas, frutos rojos, cupcakes. Bebimos Rutini Malbec, Trumpeter Cabernet Sauvignon,
Luiyi Bosca Cabernet Malbec y un vino patagónico muy rico llamado Wapisi.
Paramos en el hotel Las Lengas.
Visitamos la cárcel, donde
Horacio nos dio una clase magistral de historia, geografía y sociología de la
Tierra del Fuego. Fuimos al centro comercial, al cementerio de primeros
pobladores y al cementerio de mascotas con “shopping santo”, en las afueras de
la ciudad.
Viajamos un día a Tolhuin. Hicimos el trekking de laguna
Esmeralda, laguna Turquesa, cascada de la Novia, el camino de los presos, laguna
de los Témpanos, playa Susana y bahía Cucharita. Visitamos el Cadic.
Dibujé. Compré tres libros y Moi dos camperas.
Ella leyó a Iparraguirre y yo a Varsavsky. Paseamos todo lo que nos dejó el mal tiempo y los días de veinte horas de frío y luz. Sacamos cantidad de fotos, volvimos
con mejores piernas y bastante agotados. Parecía que Ushuaia no iba a cumplir
con lo que nos habían asegurado -que íbamos a vivir las cuatro estaciones en el
mismo día-, porque al final todo era otoño o invierno. Hasta llegó a nevar. Pero
a último momento la ciudad desplegó un calorcito que nos hizo recordar al
verano o a la primavera.
Un diez: descansamos del país, superamos las fiestas y caminamos una bocha. Tomamos aire. Descubrimos la parte más austral del mundo. Nos hicimos mimos. Lo que se dice: un buen viaje.
Felicitaciones a nosotros dos.
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