16.8.22

EL LIBRO DE LAS MEMORIAS DE SCHAVELZON: NO TENÉS VERGÜENZA, CARADURA / PREMIO PLANETA 1997

A lo largo del libro aparece una situación que vista desde afuera podía parecer solemne. Y, desde adentro, muchas veces está envuelta en polémicas. Me refiero a los premios literarios. ¿Qué implica un premio en la vida de un escritor y por qué son tan importantes esas instancias?

Porque los premios literarios son operaciones de marketing muy efectivas y nada más que eso. Otra cosa son los premios que dan los Estados a obras ya publicadas, siempre y cuando haya un jurado realmente serio. Pero en las editoriales privadas, cuyo objetivo es ganar dinero aunque no se diga, el premio es una operación de marketing y todo el mundo es cómplice, el lector inclusive. Por algo la editorial le dio tal premio y de tanto dinero a alguien. Entonces, en general, es una operación de marketing exitosa. Aunque siempre hay matices, cuando el jurado es un jurado de prestigio y trata de que sea un libro que pueda tener éxito pero no publicar un mal libro. Siempre va a haber polémicas, y las polémicas pueden llegar, como es un caso que no quise tocar en el libro porque no tengo nada nuevo que decir, que es cuando a Ricardo Piglia lo acusaron de ganar el premio (N. de la R.: se refiere al Premio Planeta que el autor de Respiración artificial ganó en 1997 por su novela Plata quemada, y por el que tanto el escritor, como Schavelzon y la editorial fueron llevados a juicio por el escritor Gustavo Nielsen. En 2005 la Cámara Civil entendió que hubo por parte de Planeta “predisposición del premio en favor de la novela de Piglia” y Nielsen, uno de los finalistas del concurso, debió ser indemnizado). En ese momento alguien le preguntó “¿Y usted por qué se presentó?, y Piglia respondió ”porque se me llovía el techo de mi casa“. Pero él no hizo nada, él llevó un manuscrito a la editorial, yo lo invité a que se presentara al premio y hubo un jurado de nivel. Me acuerdo de Tomás Eloy MartínezMaría Esther de MiguelAugusto Roa Bastos, ¡ese jurado! Yo no me imagino que alguien le diga a Tomas Eloy Martínez: ”hay que premiar este libro“. Te manda a la mierda. Así que hay un límite que es el límite que tienen todas las cosas, hasta las más terribles tienen un límite. El límite que marca esto es la honorabilidad de quienes participan. Pero los premios en general no dejan de ser operaciones de marketing y a nadie le avergüenza que sea así."

La nota se titula "Los premios literarios son operaciones de marketing muy efectivas", jajá.


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