“Gracias por restarle importancia a mi desconocimiento de la gramática al decir que tus colegas universitarios tienen problemas con la estructura de la oración. Creo que eso les pasa a algunos escritores porque, en el fondo, son rebeldes, y las normas gramaticales, como la mayoría de las normas del mundo, llevan un aborregamiento del que el escritor reniega de manera natural; además, sus intereses se centran en temas más amplios y profundos… Hemingway, Sherwood Anderson, Gertrude Stein o Saroyan fueron de los pocos que cambiaron las normas, sobre todo en temas de puntuación y fluidez narrativa. Por supuesto, James Joyce fue mucho más allá. Nos interesa el color, la forma, el significado, la fuerza…, los pigmentos que realzan el alma. Pero para mí es muy distinto pasar de la gramática que pasar de leer, y son los que leen poco y no están preparados, los primeros en querer publicar sin tener los rudimentos básicos. Esos son los que más me hacen enojar.”
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