29.7.20

UN CONCURSO FANTÁSTICO / BEATRIZ VIGNOLI

"Cuando los estudiantes de la Facultad de Humanidades y Artes tomaron la Facultad dos días con su noche, decidieron hacerlo mediante una maratón de Harry Potter, proyectando todas las películas de la saga y adornando la casa de altos estudios con los blasones de Hogwarts. También hubo una breve conferencia y un breve concierto. Una de las ponentes contó que J. K. Rowling, la autora de la saga del niño mago, fue obligada por la editorial a usar sólo sus iniciales porque según los editores un nombre de mujer podría ahuyentar al público infantil. Rowling escribió la saga de Harry Potter en la pobreza, mientras criaba a su hija. Stephen King alimentó su mente con películas clase B de Roger Corman, y Philip K. Dick nutrió su cuerpo con comida para perros. Edgar Allan Poe murió en la miseria. Les campeones de la literatura fantástica, a quienes el mercado tarde o temprano bendice (en realidad haciéndose eco de una primera y secreta unción por parte de les lectores) suelen ser gente plebeya, que no habitan el interior de las fortalezas del conocimiento legitimado. Sepan que quienes se la juegan por ganarse las regalías del “mercado” son escritorxs que viven de su arte, no siempre bien, y no de un sueldo universitario o de una renta familiar."

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