"Para diseñar la Confitería
Ariston, Breuer usó una idea que había madurado durante años: construyó un
edificio elevado con forma de trébol de cuatro hojas que le permitía
obtener la mayor superficie de ventanas posible aprovechando los bordes
curvos. La construcción fue muy rápida y, aunque parezca mentira, fue
pagada por la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires.
Tal era el prestigio del húngaro en nuestra tierra.
Según
el arquitecto Hugo Kliczkowski, impulsor junto al escritor y arquitecto Gustavo
Nielsen de un salvataje y puesta en valor del edificio, el Parador respeta la
mayoría de los postulados de Le Corbusier. Tiene planta libre, está
apoyado sobre columnas para liberar la planta baja y grandes cerramientos
y grandes ventanales horizontales."¡Gracias, Miguel Jurado!
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