27.8.19

MIRADOR TESLA / MEMORIA


Esta antena es un homenaje a Nikola Tesla, el “descubridor” del siglo XXI.
Sus inventos anticiparon Internet, el wifi, el whasapp, los celulares, la radio y la televisión. Casi todos los adelantos que hoy utilizamos fueron anticipados por Tesla. Por eso decidimos hacerle un homenaje reciclando su diseño de la Torre Wardenclyffe. Es una operación posmoderna de sustitución: conservamos la cáscara cambiándole el contenido. Creemos que no puede haber un ícono más noble para Tecnópolis que este buen edificio de acero.
La Wardenclyffe, también conocida como Torre Tesla, fue la primera antena de telecomunicaciones inalámbricas, diseñada para la telefonía comercial transatlántica y transmisiones de radio entre los años 1901 y 1917. La idea solapada del inventor era la de cubrir una zona urbana importante para brindarle, además, iluminación gratuita, limpia y sin cables. Lo había probado en la exposición Mundial de Chicago con éxito, logrando encender todos los pabellones utilizando solamente el aire como conductor. Las empresas de electricidad boicotearon el proyecto antes de que Tesla pudiera terminarlo.
La antena de Tecnópolis toma la imagen de la Wardenclyfe, reinventando su cúpula como restorán. El montaje de la torre sobre el eje de Tecnópolis permite la contemplación de todo el paisaje y a la vez lo hace funcionar en la lejanía, a modo de faro.
En la subida hay cinco paradas intermedias que sirven de miradores de intemperie. El trayecto final,  desde la última salida de ascensores hasta el óculo de las antenas está cerrado mediante paneles de vidrio que componen la cáscara interior transparente del restorán. En la base de la torre hay una plaza pública con un local de venta de recuerdos.
 La burbuja intervenida se parece a una de esas esferas infantiles que si uno las da vuelta, nieva. Las enredaderas interiores convierten el espacio diurno en un Cristal Palace de alturas. Por la noche la bóveda estrellada, el mapa del cielo, le dará la apariencia de un Planetario en el que los visitantes puedan cenar. Creemos que todas estas apariencias de juguete gigante le agregan un toque de nostalgia y otro de deseo infantil. Al fin y al cabo esta es una feria dedicada a los niños argentinos.
A Nikola Tesla, ese niño grande, le hubiera encantado estar aquí.

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