15.7.15

QUERUBES / JULIO ACOSTA

Entre los truenos de la ciudad
entre sirenas y atrocidades
ebrias de gozo y blandas bondades
van las monjitas del Renault seis.

La calle es senda de beatitudes
no las alcanzan obscenidades
y entre frenadas y hoscas bocinas
dan a la tarde su pincelada
de risa boba de risa helada
esas monjitas del Renault seis.

Aquí no hay gases
no hay niños magros
jueces falaces
ni torvos diarios
ni mano armada
ni horror ni nada
todo está bien.
Vadeando baches y bicicletas
como un arcángel con su trompeta
van las monjitas del Renault seis.

Son las que traen
motorizado
el Verbo Eterno
en sus tocados,
lirios del campo
celeste grey.
Inmaculadas
como su manto
llevando a salvo
su vientre santo
van las monjitas
del Renault seis.

Ellas anuncian llegado el Reino
ya no hay miserias ni sangra el ceño
no ara el mosquito
ni yuga el buey.
El peón no sufre
el rey no humilla.
Altas bien altas las ventanillas
van las monjitas del Renault seis.

Por donde pasan
se abren las aguas
brillan los poetas
cantan las fraguas
no mueren niños en Nicaragua
ni en Chernobyl.
Ningún suicida su vaso apura
el aula enseña
la cárcel cura
y en plena tarde sin ataduras
como abuelitas con sus costuras
van las monjitas del Renault seis.

No las carcomen
dudas ni herrumbre
¿es esa insípida mansedumbre
la que requiere la Eternidad?
Llevan rosarios como tizonas
la frente casta
como amazonas
con los dos pechos
ambos deshechos
de oscuridad.
¿Así se irá?

¿Debe en la estéril
virtud de trapo
en esa sosa carne sin sexo
buscarse el nexo
al Más allá?
Rompen del tiempo
las manecillas
no ven vendajes
pavor pandillas…
Altas bien altas las ventanillas
Van las monjitas del Renault seis.

Y así nimbadas
claros querubes
cruzan el humo
como si nubes
y los sudores
les son vapores
de santidad.
Las madres cantan
baila el mendigo
vienen de lo alto
libro y abrigo
y en todas partes
reina la ley.
La bomba estalla
la escuela arde
pero aisladitas
en plena tarde
van las monjitas
del Renault seis.