24.6.15

JOSEFINA LICITRA / ESO QUE VI

A Gus. 
Te conocí herido
de fuerza, temible
como un derrumbe
el miedo te llevaba
en andas; un triunfador
que sale del barro del que son
sus puños
los riesgos te colgaban su cadena
al cuello, eras un perro dócil
para el peligro
comías de tu hígado endulzado, eras
un relámpago, una esquirla
una bala incendiada;
el médico había dicho:
hay que tener cuidado
no hay límite alguno
en tu entraña.
Si estás en un balcón
vas a saltar, si conducís
vas a chocar o a tirarte por un barranco
como un ave que se hunde
con elegancia, en un mar de lava;
si te agreden vas a golpear
hasta matar, no hay temor en tus manos
sos el hombre
más frágil del mundo.
Debés construir tu jaula.
No tengas armas ni un volante, sos
el que corre a la línea de fuego
y dispara, sos el pasajero
del turbante en el avión, sos
el que destruye a su padre, sos el filo
hacia afuera y hacia adentro, el verdugo
de tus dolores, sos el que no piensa en volver
el resultado del fuego
el que vino hacia mí, de frente
cordero con piel de lobo
abriendo los brazos como quien se ofrenda
a un tren.

Pero te vi los ojos.

Y esa fue nuestra suerte.

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