27.2.14

COMPARTIENDO PÁRRAFO CON OLI, FELISBERTO Y ONETTI / ADN

"Siempre es difícil hablar de realismo a secas cuando se trata de Gustavo Nielsen, pero si en sus novelas el desborde hiperbólico de la violencia define el tono, en sus relatos breves la rareza, su marca principal, se alcanza con notas más sutiles. Un caso es el brillante relato "El café de los micros", de su libro La fe ciega (La Compañía de los Libros, 2011). Un padre viaja con su hijo pequeño en un Valiant por rutas secundarias rumbo a Necochea. La dureza del padre con el infante crece a lo largo del relato como la tensión en la escritura, hasta que una confrontación en el camino lleva al hijo a enfrentarse solo a un grupo de agresores violentos y, a la vez, a vivir un momento esencial de maduración. De cerca nadie es normal, parece decir Nielsen con su estilo de hiperrealismo grotesco. Un efecto más extremo de extrañamiento en cuentos de estructura clásica es el que construyó Oliverio Coelho en su libro Parte doméstico (Emecé, 2009). Relatos asfixiantes sobre personas sometidas sexual y emocionalmente, que apenas logran intuir las normas excéntricas del mundo en que se ven atrapados. Como en "Vigilia", donde un joven contratado por un anciano para acompañar a su mujer ciega pronto descubre que está atrapado en la casa, y que la pareja de paranoicos intenta destruirse mutuamente. Coelho ensaya un modo de salir de la convención por la extrañeza de la atmósfera y la textura de su pluma, que convoca el mundo excéntrico de los uruguayos Felisberto Hernández y Juan Carlos Onetti."

¡Gracias, Martín Lojo!

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