5.11.13

INICIACIÓN DE UN MUSEO

La escultura tiene un parecido con la arquitectura a la hora de intentar aprender de sus obras. Supongamos que uno quisiera saber cómo es la espacialidad de la Ville Saboye de Le Corbusier. Podría intentar ubicarse imaginariamente en la maqueta que está en el Museo de Maquetas de arquitectura de la FADU, en la Ciudad Universitaria. Podría valerse de un ejemplar de la revista japonesa GA Houses, donde fue retratada en cientos de hermosas fotos. Podría leer sesudos y maravillosos textos en libros de crítica arquitectónica, en autores tan disímiles como Benévolo o Venturi. Podría “pasear” por la casa de la mano de los múltiples videos y películas que se filmaron sobre ella. Podría realizar una maqueta virtual de gran definición e incluirse en un recorrido programado. Pero ninguna experiencia de éstas igualaría la verdadera conmoción de tomarse el tren hasta Poissy, en las afueras de París, caminar en subida las cuadras que te llevan a su lote y pasar esa puerta. Recién cuando lo hacés, sabés.
En el presente sucede algo peor: los alumnos de la facultad de hoy se manejan casi exclusivamente con sus teléfonos celulares. Intentan hacer la experiencia supletoria del espacio en estos pequeños formatos sin detalle. Cuando yo estudiaba, al menos mirábamos fotos de gran tamaño, veíamos las películas en pantallas gigantes, leíamos libros enteros. Soy muy antiguo a la hora de enseñar: soy de los que creen que para saber de arquitectura hay que leer, hay que visitar obras y ciudades, hay que tomarse el tiempo para la promenade que planeó Le Corbusier en su casa rara.
Y digo que la escultura es como la arquitectura porque se la disfruta igualmente en las tres dimensiones. Los papistas me van a informar que mirar un cuadro en un libro no es lo mismo que mirarlo parado frente al original. Los entiendo, pero para las dos dimensiones una reproducción plana es un buen sustituto, al menos en lo que concierne al aprender a ver.
Te cuentan lo rico que es ese vino, sabés de gente que lo tomó y te dio sus referencias, viste la propaganda, pero únicamente la cata te comunicará su verdadero sabor. Eso se llama formación de gusto.

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