El
espacio de la plaza de la
energía metaforiza el
concepto de basura como recurso, siendo que este año la energía es la clave
temática en Tecnópolis. El CEAMSE capta biogás del relleno sanitario para
transformarlo en electricidad, evitando la dispersión tóxica a la atmósfera y
produciendo una corriente alternativa limpia y renovable.
La primera visión es la de una topografía de césped,
un cielo lleno de estrellas y unos conductos verticales que unen ambos planos.
Los conductos son ocho tubos translúcidos. En su interior hay una serie de
venas que aparentan transportar fluidos desde el subsuelo hasta el cielo.
Al caminar entre los conductos el visitante activa
una serie de efectos lumínicos y sonoros, poniéndolos en funcionamiento. El
objetivo es crear un shock de luz blanca en los capiteles, un potente flash con
un delay intenso,
durante unos segundos. Simultáneamente se produce un sonido que es diferente en cada conducto. La totalidad de los encendidos de luz y
sonido arman una especie de orden energético, una sinfonía.
La plaza es un espacio para perderse en la
contemplación y el disfrute, vidriera e interfase, transportador de impulsos y
-como objetivo último - fijador de contenidos: el espacio da cuenta de cómo la basura acumulada,
formando un parque-topografía, produce gases y fluidos que se transforman en electricidad.
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